Para San Valentín he recibido la enésima carta de requerimiento de hacienda. Esta es por el ejercicio del 2018. No está mal, once meses y veinte días después de ser presentada, dan señales de vida. Creí que se había perdido, pero no. Psicológicamente me tiene destrozado, año tras año se repite la historia: requerimientos, respuestas, nuevo requerimiento, nueva respuesta.. Cuando uno crea riqueza, trayendo dividendos de empresas extranjeras, creando trabajo en la obra (haciendo todo con facturas e IVA), pagando mas impuestos (alquileres, etc).. Sólo recibe palo, tras palo. Hombre a ver, si declaro un alquiler y pago su IVA/IRPF correspondiente no es por gusto, ¿para que me pides el contrato de alquiler por ejemplo?, es que no le veo sentido ninguno a los requerimientos. Si fuera todo en negro no me pedirían nada. Si el dinero lo gastase en viajes o coches tampoco me preguntarían. Ahora en 10 días a reunir y escanear toda la documentación (como si no la tuvieran ya mediante acceso a cuentas bancarias, etc) y entregarla. El año pasado me tuvo un fin de semana ENTERO solo escaneando papeles, sólo para responder al primer requerimiento, luego llegaron mas y más. No sé cuantos días enteros he perdido en estas cosas los último años, pero han sido semanas enteras, tal vez un mes en total, tiempo libre que no lo pude dedicar a mi familia, al ocio o simplemente a buscar nuevas empresas donde invertir. Ya no se si es legal el acoso continuo, pero que termina afectando a uno, eso seguro.
Este año volver a empezar, como hace tantos años que ya perdí la cuenta, así que dejaré de publicar en el blog hasta que terminen todos los requerimientos y luego, si todavía me quedan fuerzas, volveré.
Un saludo.